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La Comunión Espiritual con el Cuerpo de Cristo / Agosto 2011

Todos sabemos que la Eucaristía es el cuerpo glorioso de Jesús Resucitado, siempre que vamos a tomar la comunión decimos, el sacerdote nos dice: “El cuerpo de Cristo” y respondemos “Amen”.

Hay dos maneras de recibir el cuerpo de Cristo, la comunión sacramental y la comunión espiritual.

Recordemos siempre que para entrar en comunión con Cristo es necesario estar en estado de gracia. Si no lo estamos, debemos recurrir al sacerdote, confesarnos y dejarnos guiar por él para poder alcanzar la reconciliación.

El cristiano debe vivir en estado de gracia. No es cierto que haya que estar en estado de gracia solamente para formar la fila de la Comunión. Debemos vivir en estado de gracia para poder ir al Cielo.

La Comunión Espiritual está especialmente recomendada para todos aquellos que por diversos motivos no pueden recibir la comunión sacramental, por ejemplo los enfermos que no pueden asistir a misa, o personas imposibilitadas a acercarse a una Iglesia ya sea porque están de viaje o viven a largas distancias de una Iglesia, para los niños que se preparan para recibir la primera comunión y para las parejas que no están casados por Iglesia y viven bajo el mismo techo.

Donde y como puede recibirse la comunión espiritual

El lugar propio para recibir la comunión espiritual es la Misa, frente al sagrario, al cuerpo de Cristo sacramentado, por eso para poder recibirla hay que acercarse a misa salvo los casos de enfermedad o imposibilidad física, ellos pueden hacer la comunión espiritual en sus casas imaginándose un sagrario. Luego se recita la siguiente oración:

Creo, Jesús mío, que estás presente
en el Santísimo Sacramento del Altar;
te amo sobre todas las cosas
y deseo recibirte dentro de mi alma.
Mas, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven espiritualmente a mi corazón.
No permitas, Señor,
Que nunca me separe y aparte de ti.
Amén.

Se hace un breve silencio mirando el sagrario y luego se reza:

Como si ya te hubiera recibido, te abrazo en mi corazón y me uno todo a Ti. No permitas que nunca me separe de Ti.

Por tanto existen dos comuniones reales con el Cuerpo de Cristo y las dos tienen abundante Gracias: la Comunión Sacramental y la Comunión Espiritual.

En una Visión Mística lo manifestó el Señor a su sierva Sor Paula Maresca, fundadora del Monasterio de Santa Catalina de Siena, en Nápoles, mostrándole (como en su vida se refiere) dos vasos preciosos, de oro el uno y el otro de plata; y diciéndole que en el de oro conservaba sus comuniones sacramentales, y en el de plata las espirituales. Por su lado a la beata Juana de la Cruz le dijo que cada vez que comulgaba espiritualmente, recibía la misma gracia que si hubiese comulgado sacramentalmente.

Recibir a Cristo en Comunión Espiritual es una verdadera comunión.

La Comunión Espiritual consiste en ponerse en presencia de Jesús Sacramentado y en darle un amoroso abrazo.

Las personas que se aman muchas veces están imposibilitados de estar físicamente unidos, pero el amor que todo lo puede nos une en el espíritu. Siempre hay una unión espiritual con la persona que amamos.

Por eso la comunión espiritual es un encuentro y una unión espiritual con una persona a la que amo mucho y se que mucho me ama: Jesús.
Para crecer en el amor a Dios todos pueden practicar la comunión espiritual.

Una persona puede hacerlo cada vez que entra en una iglesia, en cada Visita al Santísimo Sacramento, y en cada Misa que a la que vaya.

Durante la misa se hace poniéndose de rodillas y recitando interiormente la oración de la comunión espiritual en el momento en que se está distribuyendo la eucaristía a los demás fieles, de esa manera yo estoy en comunión con Jesús y con mis hermanos en el mismo momento y en el mismo lugar.

Asimismo puede hacerse también antes de que comience la misa, como una preparación espiritual de deseo. Deseando ardientemente al cuerpo de Cristo. O bien finalizada la misa quedándome un ratito más en comunión con Jesús Eucaristía.

La comunión espiritual se puede definir como comunión de deseo: un deseo ardiente del cuerpo y sangre de Cristo, pero no entraremos en detalles. En el próximo número de la revista escribiré con más detenimiento a cerca de la comunión espiritual como comunión de deseo.

Esta devoción es mucho más provechosa de lo que algunos juzgan, y al mismo tiempo facilísima. Decía la beata Juana de la Cruz, a quien mencione en la revista del mes pasado, que la Comunión espiritual se puede hacer sin que nadie lo note, sin necesidad de ayuno o de permiso del director espiritual (sacerdote), y a la hora que nos plazca: con hacer un acto de amor, está hecha.
La comunión espiritual es un puro acto de amor, desde mi corazón hacia el Corazón Sagrado de Jesús. Y cuando hay amor de verdad hay comunión.
Por eso es bueno tener siempre a mano la oración para hacer la comunión espiritual. Muchos de nosotros la llevamos en la Biblia, yo la tengo en la Liturgia de las horas, otros la pueden llevar en la cartera o en la billetera. Siempre a mano.

Tenga se en cuenta según nos enseña el Enchiridium de Indulgencias (libro en el que están enumeradas todas las posibilidades de obtener indulgencias) que se ganan 3 años de indulgencia cada vez que se practica y indulgencias plenarias si la practicamos un mes entero todos los días.

La Comunión espiritual es una verdadera comunión con el cuerpo de Cristo.

Y es un acto personal en la cual yo me entrego todo entero a Jesús Eucaristía y Jesús Eucaristía se entrega todo a mí. Este acto íntimo e individual que hace cada uno con Jesús tiene efectos comunitarios. Toda comunión es un acto individual y libre cuyos frutos involucran a toda la comunidad y así la comunión es un acto eclesial, un acto comunitario.

La comunión espiritual como oración, como acto libre y de amor a Jesús Eucaristía tiene dos partes:

Es un acto de fe en la presencia real de Jesús en la Hostia Consagrada

Y es un acto de Deseo a Jesús Eucaristía.

Veamos:

Como acto de fe, la oración de la comunión espiritual comienza diciendo:

Creo, Jesús mío, que estás presente
en el Santísimo Sacramento del Altar;

Y como todo acto de fe es un acto de amor:

Creo, Jesús mío, que estás presente
en el Santísimo Sacramento del Altar;
te amo sobre todas las cosas


La segunda parte es un acto de deseo. Desear recibir el cuerpo y la sangre de Cristo. Un deseo auténtico y profundo no un simple ¡como desearía tomar la comunión! o sentir, deseo tomar la comunión. No es lo mismo decir desearía tomar la comunión que decir deseo tomar la comunión, y tampoco es lo mismo decir deseo tomar la comunión que decirle a Jesús deseo vivir en comunión.

Pero el más perfecto de todos los deseos es decirle a Jesús Eucaristía

“Te deseo Señor. Que nunca me separe de ti”

y deseo recibirte dentro de mi alma.
Mas, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven espiritualmente a mi corazón.
No permitas, Señor,
Que nunca me separe y aparte de ti.

A continuación les regalo la oración completa una vez más, para que puedan recortarla y llevarla siempre contigo, en la cartera, en la billetera, en la Biblia, en el auto. Para usarla cundo necesitemos tomar la comunión y no podamos hacerlo sacramentalmente.

Padre Osvaldo Ballarre

REPARACIONES EN EL TECHO DE LA PARROQUIA

Diciembre de 2010
Queridos fieles de la parroquia:
Quiero en nombre de la Virgen de los Ojos Grandes, manifestarles una sincera gratitud por el aporte que cada uno de nosotros hizo, para que pudiera llevarse a cabo las obras de reparaciones del techo.
En varias oportunidades se hicieron arreglos en el techo, que duraban un tiempo, pero luego volv{ian las goteras, por eso decidimos hacer el techo a nuevo.
Primeramente el Consejo pastoral de nuestra parroquia formó una comisión especializada para los arrreglos. La misma observó que el techo estaba muy deteriorado, que cualquier arreglo superficial que se hiciera demandaría mucho dinero y no iría a durar mucho tiempo, por eso decidimos hacer un esfuerzo mayor y realizar un techo nuevo. La comisión a cargo evaluó 5 proyectos distintos y se decidió por la empresa de Hector Bachmeier.
El techo se hizo a nuevo, y mi agradecimiento es para todos los que con su aporte generoso hicieron posible esta realidad.
Que la Virgen de los Ojos Grandes les devuelva con generosidad lo que hicieron por su iglesia.
Además, agradecer las donaciones especiales de:
Centosider, que nos hizo un importante descuento en los materiales.
La Familia Vernet, que sin ser de nuestro barrio, quiso colaborar con al parroquia y donó las chapas, lo cual significa una importante ofrenda que el señor Jesús siempre tendrá en cuenta.
Finalmente agradecer a una familia vecina de la parroquia (no quiso ser nombrada) la donación del seguro de vida; con eso se logró pagar gran parte de la mano de obra.
Muchas Gracias. Que el Señor Jesucristo les retribuya el ciento por uno de vuestra generosa contribución y lo tenga en cuenta en la vida eterna.
Entre todos, hemos hecho posible esta realidad, como familia parroquial que desea ver linda su iglesia.
Les dejo mi bendición a todos.
Padre Osvaldo Ballare